Santo Domingo. “Debí haberla matado, para que me metieran 30 años, como quiera me condenaron”, fue la expresión de la niña de 14 años que en noviembre pasado envenenó a su maestra y que hoy la condenan a tres años de prisión, sumado a una multa de 500 mil pesos como indemnización para la afectada. Al emitir la sentencia, la magistrada Dulcinea Peña, presidenta de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia de Hato Mayor, dijo que existen los indicios de culpabilidad que comprometen seriamente a la imputada.
La niña que en noviembre del 2009 trató de matar a su maestra dándole jugo envenenado con Plomerito (una sustancia química que se utiliza para destapar tuberías), no mostró arrepentimiento mientras la sacaban del tribunal por haber atentado contra la vida de la educadora Eddy Yovanny Batista.
La menor de 14 años estudiaba en la escuela Juan Pablo Duarte de Hato Mayor, pero desde hoy cumplirá condena en un centro para albergar de menores en Santo Domingo, el cual no fue identificado.
Se determinó en audiencia que la menor no tenía 11 años de edad, sino 14 y se le aplicó la pena máxima para esa edad establecida en el Código del Menor.
Debido a la situación presentada, las clases en la escuela Juan Pablo Duarte fueron suspendidas momentáneamente, siendo reiniciadas por la intervención del fiscal de la provincia, Manuel Emilio Santana.
“Sé como madre que este hecho me pone en una situación delicada y difícil, pero sólo quiero que se profundice en las investigaciones, porque mi hija pudo haber sido tomada como chivo expiatorio”, señaló Sheila Rodríguez, madre de la menor.
Eddy Yovanny Batista dijo que ya perdonó la acción cometida por la niña, pero que la justicia se encargará de aplicar la sanción debida en el caso, que casi le arrebata la vida.
“La niña me mostraba cariño y de cuanto compraba en el recreo, me regalaba; me mimaba y me saludaba con mucha deferencia, pero nunca imaginé que esa ternura hacia mi podría convertirse con facilidad en mi entierro”, acotó Batista.
Dijo que el caso la ha afectado psicológica y físicamente a tal grado que se siente en un estado de nervio extremo y que se le dificulta hasta beber, ya que el conducto digestivo quedó seriamente atrofiado con la sustancia fosforada.
Consideró que el caso de ella debe servir de reflexión tanto a la familia educativa como a los padres de niños y niñas que asisten a los centros y abogó por un reforzamiento de los valores familiares y morales de los hijos.
La adolescente que dio de beber jugo de avena con Plomerito a la profesora de Hato Mayor y que ahora fue condenada a cumplir una pena de tres años, hacía tres meses que había sido abusada sexualmente, por lo que estaba recibiendo tratamiento psicológico.
La madre de la menor cree que este hecho afectó tanto a la niña que varió su comportamiento.
Por: Z101 digital.com //Para: Un Enlace Con Mi Barrio.
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