Santo Domingo.- Mi nombre es Ana Hernández, y quiero advertirles porque me paso a mí……
Trabajo cerca de Plaza Naco y me dirigí después del trabajo no más de
las 5:35 de la tarde a comprar algo rápido en el Mundo del Juguete. Estacioné
mi carro frente a la sucursal del Banco del Reservas y me dirigí caminando
por el pasillo de la plaza. De lejos me llamó la atención un joven
que estaba sentado en el muro de la tienda de muebles frente a
Pizzarelli, aparente y bien vestido, con gorra, cabellos negros;
cuando vio que yo me aproximaba, se levanto y me acerco una tarjeta
boca abajo casi en la cara yo con dos dedos de la mano derecha trate
de quitar la tarjeta de mi cara y la tire, le dije que no me
interesaba.
Me dirigí entonces a
necesitaba y rápidamente lo pagué. Cuando salgo y miro hacia mi
derecha me doy cuenta que el mismo sujeto está parado en la tienda
Ferretería Cuesta mirando hacia donde estoy, empiezo a asustarme y
tomo por el parqueo, no por el pasillo porque no quería toparme con él
nuevamente, y cuando paso por el frente de Ferretería Cuesta ya el
tipo venía detrás de mí, me sorprendí y le dije que pasó? El no me
respondió y se escondió entre los carros. Entonces, rápidamente, me
dirigí a mi carro. Le puse el seguro, y lo enciendo, pero siento
tanto calor, que prendo el aire a lo máximo, pero no lo siento y me
estoy sintiendo sofocada, y pienso que es por el susto que había
pasado.
Aquí es cuando empieza mi agonía. Salí del estacionamiento, tomo la
Tiradentes, cruzo el semáforo de
sudar, se me acalambraron las piernas, pero sigo he intento cruzar el
semáforo de la esquina de pollo Kentucky, me empieza una taquicardia
tan fuerte que puse las luces intermitentes ya mi lengua se empezó a
adormecer, en ese momento recordé lo que había leído por la Internet
de lo que le paso a una Sra. que contó su historia de la tienda Zara
porque era los mismos síntomas, empecé a rezar que Dios me permitiera
llegar hasta Drink 2 go, porque me encontraba en un tapón y tenía que
orillarme porque me encontraba en el carril izquierdo de la Tiradente,
estaba desesperada no podía gritar, ni moverme, el semáforo en rojo,
me puse a rezar para que cambiara el semáforo, cuando pude pasar
entré bruscamente al estacionamiento de Drink 2go y unos policías que
salieron al ver la manera de cómo entré, se me acercaron para
preguntarme que me pasaba, yo intenté decirles lo que me pasaba, pero
como tenía la lengua adormecida no podían entenderme, en mi agonía le
pase mi celular y ellos marcaron las ultimas llamadas que tenia, para
que pudiera comunicarme con alguien que llegara en mi auxilio y
Gracias a Dios me comunicaron con mi padre y cuando llegó a
socorrerme me trasladaron a una clínica donde luego de examinarme,
detectaron que lo que tenía la tarjeta que me causó todos esos
síntomas era una droga llamada Curare. “El curare produce parálisis
progresiva y finalmente un colapso cardíaco. El efecto se produce
bloqueando la conducción nerviosa motora a nivel de la placa
neuromuscular inhibiendo la acción de la acetilcolina. Aún a dosis
mínimas su efecto es letal y se debe a la acción de varios alcaloides.
De esta manera, el individuo queda paralizado y muere por asfixia
mecánica al no poder contraer el músculo diafragma, ni los músculos
intercostales que son quienes permiten la respiración”.
Luego de haber identificado lo que había causados todos los síntomas,
me medicaron para controlarlos y para que expulsara la droga de mi
organismo.
El médico que me atendió me dijo que la dosis que había recibido por
suerte no había sido suficiente para paralizarme instantáneamente,
pero si había bastado para mantener una taquicardia y una presión alta
durante dos días.
No tomen nada, nada que le de en sus manos, aléjense de la persona y
pidan ayuda.
Por: Claudio Martínez // Para: Un Enlace Con Mi Barrio.
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