UASD.- El director del Instituto de Sexualidad Humana de
“En una muestra de 21 mil pacientes, encontramos que un 30 porciento de las mujeres había sido víctima de abuso sexual, 10 porciento de los hombres había sido víctima de abuso sexual, y actualmente estamos haciendo un trabajo, con la colaboración de Naciones Unidas, en atención primaria en violencia sexual en los centros de salud, y nosotros hemos encontrado en las personas que están asistiendo a los programas de nosotros presentan una alta tasa de prevalencia de historia de abuso sexual”.
García Álvarez también refirió que mientras la violencia visible mata, la violencia sexual que no se ventila, que no lleva consecuencia para el agresor, es una violencia que causa dolor para toda la vida. “Tenemos una epidemia a la que se le esta dando poco interés”.
Lo peor de este mal es el encubrimiento, de acuerdo al psiquiatra. “La gran tragedia de la violencia sexual es el encubrimiento en el seno del hogar, porque generalmente ocurre en el seno del hogar, y ocurre en un 80 porciento o más por personas de la familia o relacionadas de la familia”, dijo García Álvarez en el Gobierno del Sábado de
La estructura familiar y la violencia
¿Dónde está la familia en todo este contexto de violencia implícita y explícita? El psiquiatra José Miguel Gómez Montero dio repuesta a esa interrogante diciendo que la familia es el primer artículo de consumo de la sociedad, donde las personas piensan que van a educarse, tener salud, amor, protección, afecto, “pero desgraciadamente uno no elige a su papá y a su mamá y va al supermercado y elige una familia funcional sana”.
“En República Dominicana no hay una inversión social hacia la familia, entonces tú tienes un deterioro de una disfuncionalidad crónica de la familiares”, dijo.
“Y hay muchos hombres que cuando se divorcian de la mujer se divorcian de los hijos, rompen los vínculos la afectividad, el apoyo económico, la solidaridad, la fiscalización (de los hijos), entonces esa pasa a ser una familia de mayor riesgo social”.
El especialista explicó que si encima de eso la familia es pobre y vive en un barrio, hacinada, donde los niños no tienen posibilidad de educación, salud y recreación, “ésa es una familia de alto riesgo y esos niños que han sido excluidos son más vulnerables a padecer violencia social, y esos niños que deambulan en los barrios, que han desertado de la escuela, son los más abusados sexualmente, son los niños y niñas que usan en la distribución de drogas, y participan en la violencia social de la calle”.
A esto Gómez Montero le añade el grave problema de la migración, especialmente la migración de la mujer dominicana.
“En Vicente Noble y Tamayo hoy las familias están totalmente rotas porque la mamá emigró a Europa y ese papá que se quedó, se buscó a otra mujer, entonces esos niños: uno se va con la abuela, otro con una tía, y de pronto esos niños dejaron la escuela, de pronto esos niños comenzaron con el abuso temprano de sustancias como drogas, alcohol, el inicio de la sexualidad, embarazo en adolescente, y tú tienes un cordón de miseria más', a lo que Gómez Montero también le agregó el alarmante desempleo.
El director del Instituto de Sexualidad Humana de
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